EL ARTISTA INDÍGENA QUE PINTÓ A LA VIRGEN DE GUADALUPE

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Por Jimena González

Cada año el 12 de diciembre, millones de fieles acuden a la Basílica Metropolitana de la capital de México, siguiendo una tradición y fé de casi 500 años, de cuando la Virgen María, madre de Jesucristo se le apareciera al indio Juan Diego en el cerro de Tepeyac, según la historia católica.

Desde entonces los fieles católicos, no han dejado de adorar a esta deidad, que -según ellos- es la madre de Dios y “patrona” de México. Miles de estandartes, figuras de distintos tamaños, flores y diversas ofrendas adornan a la capital con una derrama económica estimada de 250 millones de pesos.

Cifras del INEGI hasta el 2010 nos indican que en México hay cerca de 85 millones de fieles católicos, casi 11 millones que practican otras religiones y cerca de 5 millones no profesan ninguna religión.

 

La adoración a la virgen de Guadalupe data del año 1556, en esa época, el rey Carlos I de España, envió a un influyente sacerdote llamado Alonso de Montufar, enviado especialmente para la idealización de la leyenda de la aparición de esta deidad.

La Virgen de Guadalupe absorbió el carácter protector que antes había tenido Coatlicue, la diosa y madre tierra para los aztecas. Esto debido a que los aztecas creían que, al perder batallas, sus dioses habían perdido fuerza o les habían abandonado.

El artista responsable de la obra artística más valuada y vista en México es Marcos Cipac de Aquino. Fray Francisco de Bustamante, perteneciente a la orden Franciscana, hablo de un “Indio Marcos” en algunos documentos en los que mantenían registro de actividades clericales. En estos papeles, el religioso lo señala como el autor original de la imagen de la tilma de Juan Diego. También se le menciona en otros documentos como Marcos Cipac, Marcos Aquino o Marcos Griego.

Sus obras aún se encuentran en distintos murales de varios conventos franciscanos en Puebla.

 

El artista indígena fue contactado por Juan de Zumárraga, para crear una obra con la que los indígenas pudieran identificarse, su idea fue plasmar una representación de la Virgen con Jesús en brazos, basándose en la Virgen de Guadalupe de Extremadura, España. El resultado fue increíble, sin embargo en 1625, el artista Juan de Arrúe pintó sobre la obra original de Aquino una Virgen con rasgos más indígenas y sin Jesús en brazos. La cual también fue pintada sobre blanco para así crear finalmente a la tercera que conocemos en la actualidad.

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La obra de arte no es un hecho sobrenatural, sin embargo, vale la pena conocer y revisitar nuestra historia para conocer como es que este mito nació y con qué propósito: una conquista religiosa que acabó con la identidad de nuestros antepasados.

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