Por: Laura Itzel Domart
Redacción: Laura Márquez
Te contamos todo sobre la película mexicana «El club de los insomnes». Una película que a primera vista parece simple, pero en el fondo es muy divertida.
Santiago (Leonardo Ortizgris) camina solo, completamente solo, por un lúgubre estacionamiento. Está desconcertado, asustado, pues no sabe dónde está la salida. Al final del pasillo hay una intensa luz blanca. Todo parece indicar que es la puerta por la que puede huir, pero justo en ese instante se despierta. Ésta es la escena parteaguas de El club de los insomnes (2018), una especie de leit motiv que veremos a lo largo de toda la cinta.
Después de esa intempestiva y rutinaria irrupción del sueño, Santiago sale a caminar por la ciudad. Su destino siempre es el mismo, el Mini Stop, una tienda de autoservicio. Ahí se encuentra con Dany (Cassandra Ciangherotti), con quien conversa mientras pasa la noche.
A la mañana siguiente regresa a casa para recobrar el curso del día: oficina, insomnio, matrimonio. Todo conjugando para mostrar a un personaje agotado, con una derrota anunciada.
De este modo, el Mini Stop se convierte en un lugar de reunión, de compañía, de amistad.
En la película veremos la decreciente trayectoria de Santiago; pero también alcanzaremos a visualizar las posibilidades para salir de este laberinto.
Por lo que, en medio de todo, El club de los insomnes es una muestra de que tan solo se puede estar en una ciudad con millones de habitantes.
Por ejemplo, una de esas noches llega Estela (Alejandra Ambrosi), una veterinaria que acaba de descubrir que está embarazada y sola. Por azares del destino o coincidencias existenciales se une a ese club de seres desahuciados.
Esto sin dejar de ser un asidero de seres que asisten una vez, no más.
Un pequeño mundo en el que cada uno camina sin mirar al otro, con la certeza de cargar con su propia soledad. De ahí la importancia de Dany −quizá el personaje más atípico de la cinta−, quien en su afán de estudiar fotografía retrata a cada uno de los comensales para hacer un álbum.
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El club de los insomnes, ópera prima de Joseduardo Giordano y Sergio Goyri, es una película aparentemente simple pero que promete mucho de esta dupla de cineastas. Pues con tres historias cotidianas logran empatizar con la audiencia mexicana.
Por otro lado, también habría que destacar el trabajo de fotografía de Iván Vilchis. El Mini Stop está iluminado con luces de baja intensidad, lo cual da una sensación de misterio. Mientras la suavidad (lo deslavado) de los colores connota nostalgia y monotonía.
El club de los insomnes promete más de sus directores que de la película en sí.
El club de los insomnes promete más de sus directores que de la película en sí. Esto se debe a que el guión se presentó en sus inicios como una trama compleja, pero fue perdiendo fuerza en el desarrollo. Por ejemplo, todos aquellos aspectos simbólicos en torno al insomnio perdieron fuerza alrededor de la intención cómica. Aunque, quizá, esto se deba a que la actuación de Ciangherotti robó cámara.
Esta dupla de directores promete mucho más. Es un indicio de lo que se puede hacer en la nueva escena del cine mexicano; una trama simple en su profundidad.