El juego del calamar una serie coreana que se ha convertido actualmente en la serie más vista de la plataforma de Netflix.
Con una hermosa fotografía, colores y escenografía, trata acerca de una serie de juegos de la infancia en las que los integrantes son «eliminados» a sangre fría si pierden por diversión y apuestas de millonarios.
Nos muestra lo último antes del colapso del materialismo. La enfermedad y relación enfermiza del hombre con el dinero. Que los grandes lujos, los viajes, mansiones y súper autos no son suficientes para saciar la ambición de las personas.
La manera en que el dinero y el poder nos dominan. Los límites hasta dónde somos capaces de llegar y lo equivocados que estamos buscando los verdaderos placeres y la felicidad.

Lo que se muestra como ficción en la serie no está lejos de las aberraciones y barbaridades que se hacen en las grandes esferas materializado seres humanos.
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Se usan mujeres como esclavas sexuales, forza a jóvenes a convertirse en sicarios, relaciones sexuales o fetiches enfermizos hasta con menores de edad y miles de maneras que el dinero denigra y viola la dignidad humana.
En lo personal nos parece bueno el mensaje final que muestra. En el último capítulo vemos al jugador 001 y al 456 en un último juego.
Una apuesta de ver sí existe esperanza en la humanidad. Si vence el bien sobre el mal. En la escena está nevando y aparece un indigente tirado en la banqueta a punto de congelarse. Si a media noche no aparece alguien que a brindar ayuda fallecería.

El jugador 001 estaba convencido en que nadie ayudaría y que de alguna manera ya no había bondad en el mundo como creía 456.
Justo al reloj marcar las doce llega alguien que fue a buscar ayuda. No te contamos más del final y nos quedamos con el mensaje de que en nuestro mundo aún existe esperanza de que gane el bien sobre el mal.