Por: Miguel Gómez del Campo
Probablemente hayas escuchado algo sobre una película de “culto”. Inmediatamente pensaste que debe ser una película buena, interesante y de esas que no son fáciles de conseguir, pero ¿cómo son?
Las películas de culto son frecuentemente señaladas como polémicas debido a que incluyen ideas o temas notablemente controvertidos o a que, siendo más convencionales en su temática, la presentan de un modo alejado de los convencionalismos estéticos o narrativos.
Dicen los que saben, que una película de culto se refiere a cualquier tipo de producción cinematográfica que ha adquirido alguna clase de culto popular, ya sea por su formato, su producción, su trama o su significado histórico.

El término “cult movie” se empezó a emplear por críticos y espectadores en 1970, a raíz del estreno en Nueva York de El topo, de Alejandro Jodorowsky.
Estas cintas son la cristalización cinematográfica de la cultura que ignora los estándares de la cultura principal, asimilándose en los géneros del cine B, el cine de explotación, el cine camp y el cine independiente.
Las películas de culto se caracterizan por sus ideales de transgresión social, la temática de ficción de explotación y sobretodo el bajo costo para la producción.
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Las películas de culto se destacan porque no siguen patrones que las películas regulares. Además, no siguen los formatos ya establecidos que forman una película famosa.
El hecho de que estas películas no sigan los estándares que manejan otros directores en búsqueda de una película taquillera, no significa que estas películas no consigan notoriedad a lo largo de los años, e incluso se pueden llegar a volver películas clásicas, que fácilmente se pueden ver 30 años después.

Y este es un punto notable, un aspecto que caracteriza al cine de culto es que provoca una especie de camaradería o de solidaridad entre sus adeptos, y en cierta medida se produce una sensación de nostalgia por la época o por la historia que el filme reproduce.
¿Por qué se les llama así?
Un ejemplo es 2001: A Space Odyssey (2001: Odisea del espacio) realizada en 1968 por el gran Kubrick. La cinta recibió críticas mixtas al momento de su lanzamiento, pero luego consiguió seguidores y más seguidores, para que lentamente se convirtiera en la película más taquillera de ese año.
Actualmente se considera una de las películas más aclamadas en la cinematografía estadounidense y mundial.

Otra obra de culto hecha por Kubrick es A Clockwork Orange (Naranja Mecánica) de 1971. En cambio, esta película sí fue aclamada por la crítica y recibió casi 30 millones de dólares en taquilla, mucho más del corto presupuesto de 1.6 millones de dólares usados para realizar la película.
Y nos podríamos ir con una mega lista contando las primeras de Quentin Tarantino, Memento, Trainspotting, Ciudad de Dios, Amelie, El orden del caos, Scarface, El Resplandor, Tesis, Eelefante, Casablanca, La vida es ella, Delicatessen, el Silencio de los inocentes, Fargo, Psicosis, y hasta la trilogía de Volver al Futuro entre muchas más en el conteo.
Al final, las películas de culto no las hace el tener un guion raro y surreal, el ser poco taquilleras o muy taquilleras, ni el tener contenido violento, snuff, sexual, controversial o tabúes. Lo que hace a una película de culto es su seguimiento y el respeto que se le atribuye al largo del tiempo, como una obra de arte a respetar.
