Carta de despedida a alguien que amé

0
carta, gracias, despedida, adiós, amores, corazón, sentimientos, amor, trenes, perdón, gracias

Por: Manuel Cabrera

Kiubo ¿Cómo vas?
¿Qué será de ti desde que no te veo? Jamás creí escribir esta carta de despedida, pero también y antes que nada de agradecimiento. Quiero que sepas que me encantó haberte conocido. Me hiciste volar, tocar el cielo y ver lo mágico y fantástico que es, el estar pleno.  Te quiero agradecer por haber detonado esa gran luz en mi, que en algún momento llegué a pensar venía de ti. Gracias por haberme hecho sentir especial y lo que es ser amado, que real o no, lo sentí en algún momento. 

No me arrepiento de lo que dí pues me regresaste todo eso y más. Debo admitir que me dolió en el alma que nunca fuiste sincero. O tal vez, Yo también te hice ver alguien mágico en ti que no conocías, pero que temiste ser y preferiste ignorar para seguir siendo el mismo de antes. Yo no. Yo sí me siento listo para ser esa persona que me mostraste puedo ser y seré, Yo sí tomaré esta gran oportunidad para sacar y ser lo mejor de mi. 

No quería dejar de decirte que siempre estarás en mi corazón como esa persona que por las malas me hizo florecer. Deseo que cumplas tus metas y que derrumbes tus miedos. Que seas esa alma pura y hermosa que en algún momento me mostraste o disfrazaste, pues a pesar de no ser integra o ser un personaje de circo, vive y existe en ti. Toda esa bondad, humildad y belleza que puedes llegar a irradiar, sea o no sincera, salió en algún momento de ti y que valdría la pena siguieras o buscaras por ahí. Pero allá tu si prefieres y sigues alimentando tu lado malo y despreciable. Espero abraces ese ser bello que sé llevas dentro y no permitas más a tus demonios que terminen con él.

Me hubiera encantado al menos seguir y contar con tu amistad, pero ni de eso me dejas oportunidad y que aunque duele, también creo es lo mejor para ambos. Pues el amor como dicen con manos vacías para que llegue y de igual manera se vaya. Nunca olvidaré que entregué todo el corazón, que vacié mi caja de ahorros y qué prácticamente me olvidé de mi, dando y apostando todo por ti. Al final de cuentas, a eso ahora comprendo veniste a mi vida, a convertirme en aquella persona que siempre he querido ser y jamás había tenido las agallas de serlo. A ser Yo. Por ahí dicen que si se pierde alguien pero te encuentras, ganas tú. 

Me duele pero agradezco que nuestros caminos se hayan cruzado aunque fuera solamente por un instante. Fue como una gran explosión, un choque masivo de energía el conocerte. Me hundí por un par de años en un abismo paralelo lleno de emociones altas y bajas.  Fuiste tú quien logró frenar mi tren cansado, lo destruyó y me obligó a renovarlo, llenarlo de combustible y emprender un nuevo camino. Que lastima, no sabíamos que era en esa parada que nuestros trenes tomarían distintos rumbos para jamás volverse a encontrar. 

También te puede interesar: Centros comerciales estadounidenses, un tercio de ellos desaparecerá el próximo año


Viniste a enseñarme que hay que despedirse incluso de lo que más amamos, que todo pasa o termina tarde o temprano y que no podemos aferrarnos a nada ni nadie. Que llegamos solos a este mundo y que solos nos vamos. Me enseñaste a qué se debe abrazar y disfrutar hasta el último instante con las personas que tenemos y amamos porque nunca sabremos cuándo es o será el último abrazo. Que somos pasajeros y que la vida son ciclos; ciclos que si no cerramos por nuestra cuenta, tarde o temprano la misma vida o el destino terminan por cerrar. Y la mayoría de las veces, de extrañas y dolorosas maneras que nunca esperamos. 


Me enseñaste que somos aire o un río que no vuelve a pasar por el mismo lugar 2 veces. Que somos movimiento. Que hay momentos extremadamente felices que el corazón quiere salirse del pecho y al mismo tiempo, momentos de oscuridad  cuando el corazón parece solo resistir en automático, guardar silencio y encogerse. Pero al perderme, me encontré. Entendí que todo tiene su función y su momento. Por más que te amara, el tiempo terminó de mostrarme esa parte en ti que por mucho tiempo no quise ver o ignoraba pero era evidente, no eras real. No eras sincero ni conmigo ni contigo mismo. 

carta, gracias, despedida, adiós, amores, corazón, sentimientos, amor, trenes, perdón, gracias

Las grandes enseñanzas no llegan por las buenas y contigo no fue la excepción. A pesar de todas tus mentiras y traiciones, hoy te vuelvo a repetir lo que en aquel entonces tantas veces te dije, te amo. Porque arrieros somos y en el camino andamos. Te amo por lo que hiciste de mi, no por lo que me hiciste a mi. Pues amo lo que soy después de ti. Te perdono y reconozco que todo el mal que me hiciste viene de un lugar de dolor que es más fuerte que tú; que de corazón deseo logres conciliar y encuentres tu paz. Te perdono porque creo que ya tienes demasiado de qué liberarte como para aumentar esa carga con el peso de tu traición hacia mi. Así es que, pues algo menos que llevar sobre tus hombros. 


Ahora sin dolor, sin rencor y con cariño, me despido. Una vez más gracias por todo. No sé si alguna vez esta vida decida que sería buena idea hacerme saber qué fue de ti, sus motivos tendría. De ser así, deseo que esa noticia o situación me dibuje una sonrisa en el rostro, en vez de tal vez, derramar un par de lágrimas.
Lo mejor hoy y siempre… 

DEJA UNA RESPUESTA

Déjanos un comentario!
Por favor ingresa tu nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.