El estigma y rumores que rodean a un lugar como un Hospital de Salud Mental, desde lo que las películas muestran hasta lo que hechos históricos resguardan.
¿Qué es lo que haz oído hablar acerca de los Hospitales Psiquiatricos?
¿Que los bañan con agua fría? ¿los amarran con sujetadores de cuerpo? ¿los maltratan y azotan?
Hoy yo vengo a confirmarte que todo esto es erróneo y que debemos quitarnos esas ideas, mejor, fomentar que estos lugares son para sanar y mejorar.
Primera noche

Como cada martes, yo acudí a terapia con mi psicóloga en el Hospital, es una consulta externa, es decir, no es dentro de el en si. He de admitir que ese día iba rota, destrozada emocionalmente; estaba tan mal que mis padres me acompañaron a terapia, porque les había gritado cosas horribles.
Días antes había intentado quitarme la vida con un cuchillo, me autolesioné y quería aventarme de las escaleras.
Entramos con mi psicóloga y rompí en llanto, un llanto que no podía detener, casi en automático ella me pasó a urgencias donde me dieron luz verde para ingresar. El ingreso es voluntario, nadie puede obligarte a quedarte, y deben firmar tu ingreso alguien responsable de ti, aunque seas mayor de edad.
Cuando yo he aceptado mi permanencia ahí, me desvistieron, y pusieron otra ropa (sin pantalentas ni sosten), me quitaron alhajas, anillos, zapatos, TODO.
Me dijeron que dentro no me faltaría nada, me dieron unas sandalias, te dan cepillo dental, pasta dental, shampoo, estropajo, cobijas gruesas para el frío, toallas sanitarias y pantaletas cuando estas en tu periodo.

Esta noche estaba separada de mis demás compañeras, pues el psiquiatra aún no me valoraba, y podría ser un peligro para las demás; todas las camas están en una misma habitación, divido por pequeños murales (esto da vista completa a todas las camas) y en el centro, se encontraba enfermería.
Dentro puedes hacer y ser lo que quieras, porque es algo normal.
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Segunda noche
Al despertar, te preguntan si fuiste al baño, te dan tus medicinas y te llevan el desayuno (solo el primer día).
El psiquiatra me valoró al igual que la psicóloga que esta dentro, ajustando mi medicación. Me revisaron reflejos, ojos, boca y si tenía noción de fecha del día.
A las 9:00 am es la terapia grupal, hombres y mujeres están separados y cada uno tiene su terapia grupal. Había una señora que interrumpía a todas y con la que tuve roces, literalmente me regañó por a razón que me llevó ahí.
La psicóloga me hizo pruebas hipsométricas y después me metieron a bañar junto a las demás. Los baños no tienen puertas, ni las regaderas; así que es más que normal ver a las demás desnudas.

Quedando tiempo libre, puedes dormir, salir a caminar o ir a terapia especializada; que básicamente son talleres de manualidades. Nos llamaron para colación y a las horas después para ir al comedor. El comedor es un lugar grande, tomas tu charola y ya con la nutriologa hecha tu dieta, te dan una pulsera que indica que comida deben darte.
No puedes recibir visitas al hospital hasta el día posterior, pero conmigo hubo una excepción y mi familia fue a verme. Me hizo bien su visita, pero fue muy corta debido a que tuvieron que pasar a trabajo social antes. Los familiares deben ir dos veces por semana a platicas sobre como tratar a los pacientes y sus crisis.
En la tarde, llegaron dos pacientes nuevas y a una tuvieron que amarrarla con vendas a la cama además de inyectarle sedante; pues estaba muy agresiva.
También hice amigas, Una doctora con depresión mayor, una chica con bipolaridad, y otra chica con el mismo trastorno que yo: Trastorno Límite de la Personalidad.
Último día
Me despertaron con la misma rutina, excepto que esta vez yo fui a la cafetería a desayunar, una de mis amigas ya tenía su alta y eso me puso triste; la señora con la que tenía problemas se volvió mi compañera de cama y fue terrible junto a los gritos de la nueva, porque ronca demasiado; además de picarme y molestarme, ya no la soportaba.
El psiquiatra me habló y dijo que había mejora, el diagnostico: distimia (depresión moderada pero por un tiempo muy prolongado). Dijo que bien podrían darme de alta ya, pero que quería ver como reaccionaba al nuevo medicamento, aún así yo me quería ir (pueden sacarte cuando sea aunque no tengas el alta), porque la señora ya me tenía fastidiada y lo que quería como recuperación termino siendo un infierno.

Fui a terapia especializada después de comer mi colación, donde hicieron una mini asamblea para preguntarnos que aspectos nos gustarían que mejorarán del servicio del Hospital. Entre ellos, todas concordamos de que pusieran el papel en los baños, ya que tenemos que pedirlo a las enfermeras y nos dan muy poco.
Finalmente, me llamaron para visita y pedí a mi familia que me sacarán y así fue, mis «vacaciones» terminaron, pero fue una experiencia que muy a parte de quienes están dentro, fue gratificante, lejos de todo y todos; un tiempo para ti solamente.
Pidieron mi alta, me despedí y agradecí por el buen servicio y atención que recibí en el hospital, sin duda es una experiencia todo lo contrario a lo que se piensa. Siendo incluso hasta sanadora.