“Isla de Perros”, otra obra maestra de Wes Anderson.

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Simetría, fantasía, y unos chuchos en Stopmotion. ¿Habrá algo más complejo en el cine?

Por Fernanda Olvera Bataller.

Estamos en una época en la que es imposible ser original, pero podemos decir sin equivocarnos, que el estilo de Wes Anderson es de los pocos que desde los primeros segundos que vemos alguna escena de sus películas, podemos reconocerlo fácil y decir: “¡Ah, es de Wes Anderson!”

Aquí te hemos contado sobre lo que caracteriza sus historias; desde los colores pastel y las tomas simétricas, hasta sus escenarios tan al lujo de detalle, que parecen que nos metimos a un teatro, un hotel, o a una casa de muñecas.

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En general es un cine adorable, que roza la perfección, muy bien cuidadito y pensado. Es como para sacarlo de su caja adornada con un moño, quitarle la envoltura, limpiarlo con un pañuelo a juego y luego verlo con lupa.

 Cuando vemos algo de Wes, podemos tomarnos un shot cada vez que toca temas de familias, de hermanos, de pedos con padres ausentes o irresponsables; cada vez que hay un personaje mexicano, de medio oriente. Y es que eso los caracteriza, sus personajes son bien goofys, o grumpys, o necios, patéticos, inmaduros, renegados, hirientes o deprimidos al grado del suicidio; pero aún así, la forma en que Wes los narra hace que los veas chingones.

Y ahora nos trae una nueva joya: Isla de Perros.

La historia -sin spoilers-, está ambientada en un Japón algo retrofuturista y apocalíptico, en la ciudad ficticia de Magasaki. Todo comienza cuando estalla una epidemia de gripe canina, para controlarla, el alcalde de la ciudad decide hacer una cuarentena y exiliar a todos los perros enfermos o con síntomas de gripe, a un archipiélago deshabitado que ahora es un almacén de basura química. Todo gira alrededor de 5 perros exiliados que ayudan a un niño a rescatar a su perro burlando las órdenes del gobierno local.

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Parecido al “Gran Hotel Budapest”, este nuevo proyecto está repleto de actores y personas chingonas. Digamos que Wes ha crecido lo suficiente como para darse gustos como contratar a la gran Tilda Swinton, además de Edward Norton, Bill Murray, Bob Balaban, Jeff Goldblum y Angelica Hudson; y nuevas personas, como la directora Greta Gerwing, la reciente ganadora del Óscar Frances McDormand, Scarlet Johanson, Bryan Craston, Yoko Ono, Roman Coppola, entre otros.

La banda sonora, además de tener el estilo característico, recupera elementos de la cultura japonesa, como los tambores taiko. Estuvo a cargo del multigalardonado Alexandre Desplat; ganador del Óscar este año por “La forma del agua”. En síntesis, Desplat describe este soundrack como: “Japón por fin conoce el saxofón”.

Isla de Perros, se estrenó hace pocas semanas en Estados Unidos y Europa. En general le han llovido buenas críticas (como siempre). Tiene algunos homenajes a Kurosawa y a Miyazaki, y se nota que el estilo de Wes ha madurado. También es una crítica a la crisis de los refugiados y al poder absolutista y autoritario. En general, deja un sabor de boca con mucha emotividad por la solidaridad, amistad y unión. Habrá que ir al cine para comprobarlo.

De verdad es una cinta que vale mucho la pena ver. No lo dejes para después porque a veces este tipo de películas tienden a durar poquito en cartelera.

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