Un puñetazo fue precisamente lo que provocó la inusual apariencia de los ojos de Bowie.
Por: Valeria García
A la edad de 15 años, David Bowie y su compañero de clase George Underwood estaban enamorados de la misma chica. Por lo general esto no suele resultar muy bien; al menos para alguna de las dos partes, y no fue la excepción. Todo terminó en una pelea en la que el anillo que llevaba George le causó a David una fuerte conmoción en el ojo izquierdo.

El resultado: tener la pupila dilatada por el resto de su vida. Ahora Bowie contaba con ese toque distintivo que combinaba perfectamente con su personalidad excéntrica, sus letras y su voz.
Algunos pensaban erróneamente que la diferencia de colores en sus ojos era conocida como “heterocromía”; que se refiere a tener una pupila de cada color. Sin embargo el término médico adecuado era “anisocoria”, que se refiere a la asimetría en el tamaño de las pupilas y como consecuencia está el color, pues al estar tan dilatada ocupa la mayor parte del iris.
La anisocoria puede aparecer en la infancia, debido a factores hereditarios. Otras veces aparece sólo transitoriamente para luego volver a la normalidad sin causa aparente, o como un síntoma de algo mayor, por ejemplo un tumor cerebral. En el caso de Bowie se debió al golpe que recibió en la adolescencia, que no obstante le causaba problemas con la profundidad y el color

La amistad de Bowie y George Underwood siguió durante varios años, tanto que en sus inicios tocaron en las mismas bandas. Años más tarde, Underwood se encargaría de realizar las portadas de “Hunky Dory” y “The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders From Mars”.
Probablemente se fue una de las miradas más inquietantes y cautivadoras del rock. Una mirada que nos enseñó que lo verdaderamente importante, perdura y es infinito.
Adiós David Bowie.