Por Juan Rey Dux
Llega en documento fílmico la biografía de la cantante vernácula más indómita, reacia, y furiosa –en el mejor de los sentidos- de la música mexicana (oriunda de Costa Rica). Isabela Vargas Lizano, una avant garden para sus contemporáneos.
La cinta transita por todos los vértices que Doña Chabela supo desenvolverse para poder ser un ente genuino: su lesbianismo, alcoholismo, marimachismo, etc. Todos los ismos que le quieran adjudicar a una artista que para bien o para mal alcanzo lo que pocos logran obtener: volverse arte a sí misma.
Katherine Gund y Dareshka Kyi, recopilan testimonios, anécdotas, experiencias, conciertos y entrevistas de la cantante y de sus allegados para dar rienda suelta a la portentosa personalidad, y vocalidad de aquella chamana melómana que conseguía otorgarle a una canción, la categoría de baluarte universal.
Combatiendo desde todos los puntos posibles en su vida para el mainstreaim de aquellas épocas. Incluso para aquellos neófitos que desconocen la trayectoria de la dama del poncho rojo es un buen producto que pueden bien consumir para alcanzar a dimensionar la calidad, cualidad y versatilidad por la que era capaz de r-evolucionar al canto.
Un tributo fílmico merecido y otorgado a un personaje de la historia comarcal que nunca pretendió ser un dechado de virtudes, sino expresarse como sólo Chavela lograba hacerlo –y crearlo-.